Actores y actrices L-P

Lara del Moral: ¿Qué podría yo decir sobre Lara? Tantas cosas... Han sido dos años juntos muy intensos los que hemos vivido desde que en el curso 2014-15, Lara se incorporó a nuestro cole. Hemos vivido muchos momentos increíbles, muchos otros muy dolorosos... pero es que así es Lara, una persona de extremos.
Y precisamente así es como ella ha vivido el teatro en las dos obras en las que ha participado: con mucha entrega y toda la pasión del mundo.
Desde el primer día que hablamos sobre el teatro, ella dijo que quería participar en nuestro proyecto, pero que le daba un poco de vergüenza. ¿Quién lo iba a decir, la verdad? Porque desde el primer ensayo mostró una naturalidad tal, que parecía que llevaba toda la vida sobre un escenario.
Su primer papel con nosotros fue el de la malvada Celeste en "El tesoro escondido". Con este papel, pude comprobar las grandes dotes que Lara tenía para la comedia. Bordaba el papel, lo hacía mucho mejor de como yo me lo imaginaba en mi cabeza. Cada ensayo entre ella y Jesús Escobar era un disfrute total, como director y como espectador.

Pero lo de su participación en "La última reunión" como Abi, ya fue otro mundo. Comedia, drama, casi tragedia... tocó todos los palos. Creo que todos los que vieron a Lara sobre las tablas estarán de acuerdo conmigo en que no vieron a una alumna, sino a una actriz de verdad. Un punto negativo a mejorar, como sabes muy bien, Lara: los cambios de humor, de ánimo, de todo... tienes que mejorar en eso, Lara... por favor. Te lo he dicho muchas veces, y ojalá nunca más haga falta que te lo vuelva a repetir,. Mucha suerte, de verdad.

Una frase de Abi en “La última reunión”: “Con él descubrí lo que es estar enamorada de verdad, estar enamorada de un modo irracional. Pero también he descubierto que para él, esta relación no sería más que una parada en su largo camino.”



Lorena Martín: Lorena fue una de las primeras alumnas que tuve en el Colegio Calasanz. Y, de hecho, participó en nuestras dos primeras obras de teatro: “El boleto”, y la primera versión de “El tesoro escondido”. Por tanto, ella vivió nuestros primeros tiempos desde el comienzo, cuando ninguno podíamos sospechar que la trayectoria del grupo de Diver y el teatro se prolongaría durante más de diez años.
Desde el principio de curso, Lorena aceptó el reto de participar en una obra de teatro y ponerse en manos de un profesor-director inexperto como era yo por entonces. En “El boleto” interpretó a Sandra, una de las chicas del grupo de amigos que acertaban la quiniela y querían acabar los unos con los otros para quedarse con todo el premio.

En esta obra realizó un gran trabajo, pero donde definitivamente se salió fue con el papel de Celeste, la bella y traicionera espía de “El tesoro escondido”. Todavía recuerdo aquel mes que la pobre Lorena estuvo enferma sin poder venir al cole por un maldito virus que la dejó sin fuerza, sin peso y sin ganas de nada. Todos estábamos muy nerviosos, porque se acercaba el día del estreno y Lorena seguía sin venir a clase. “¿Qué vamos a hacer sin ella?”, me preguntaban todos. Bien, pues el día del estreno allí se presentó Lorena con una sonrisa enorme, más guapa que nunca y con una energía y una gracia que provocó en el público y en sus compañeros una ovación como pocas recuerdo. ¿Te acuerdas, Lorena? Seguro que sí.
De cuando en cuando Lorena y yo nos encontramos y seguimos recordando aquellos primeros tiempos. Han pasado más de diez años pero para mí siguen estando tan cercanos como el primer día. Muchas gracias por todo lo que nos diste, Lorena. Un besazo.

Una frase de Celeste en “El tesoro escondido”: “ ¡Maldito Curro! ¡Ahora que el tesoro era mío! ¿Y las pintas estas que me lleva?… Pero bueno, para pintas las de Joe, con la gabardina esa… si ya no se llevan las gabardinas…”



Natalia Serrano: Natalia fue otra de esas alumnas del cole de toda la vida. Era a la vez vitalidad, alegría, carácter… ¡menudo carácter!
Con nosotros realizó dos papeles que le iban como anillo al dedo: en el curso 2006-07 interpretó a un ángel muy divertido en la primera versión de “El sueño de Salvador”. Seguro que muchos recordaréis las constantes discusiones que tenía en escena con su compañero Dixon, otro de los ángeles que vivía en aquel particular bar llamado “Cielito lindo”.
El segundo año triunfó con el papel de pitonisa en “La maldición de 1998”. Aparentemente su papel no era protagonista en la historia, pero en realidad tenía una trascendencia enorme. De hecho, era la persona que daba la clave del desenlace final.
Los que trabajamos con Natalia en el aula por la mañana, y en los ensayos por la tarde, tuvimos la suerte de conocer a una persona con un enorme corazón, con un entusiasmo y una alegría que se transmitía a todos los que teníamos alrededor.

Una frase de la pitonisa en “La maldición de 1998”: “¿Sabes? Yo también tengo muchos sueños que cumplir, y quizás algún día se cumplan… pero mientras tanto, la vida sigue, y yo seguiré feliz, aunque me queje, repartiendo propaganda.”



Miriam Fernández: Miriam estuvo con nosotros dos años, justamente los dos cursos de Diversificación. A pesar de que cuando entró en nuestro cole casi no conocía a nadie, desde el primer momento me dijo: “Alfredo, yo quiero hacer teatro.” No tengo ni idea de lo que le impulsó a estar tan decidida, pero así fue.
El primer año interpretó el papel de Carla, la novia de Simón en “El sueño de Salvador”. Hizo un muy buen trabajo, pero tenía serios problemas para consiguió el volumen suficiente de voz para que todos la escucháramos con claridad. Así fue hasta el día del estreno, en que todavía no sabemos cómo Miriam se transformó y sacó una increíble y preciosa voz que hasta entonces no habíamos oído.
Al año siguiente fue la gran explosión de Miriam. Interpretó el papel de Erika, la Secretaria de Estado de la RDA en “La guerra fría de Otto Fischer” que tenía que enmendar la plana constantemente al patán de presidente que interpretaba Bodhy Timis.
No tengo palabras para definir el papel que creó Miriam. Le dio una personalidad tan enorme que allá donde iba todos sus compañeros, profesores e incluso técnicos, nos poníamos firmes a su paso. Impresionante.

Una frase de Erika en “La guerra fría de Otto Fischer”: “Este individuo es el responsable del departamento de levantamiento del ánimo de la población, del de enaltecimiento del orgullo patrio, así como del de exaltación de la amistad en fiestas nocturnas y verbenas populares. Además, señor, es su hijo. Su mujer no vería con buenos ojos este despido.”



Moisés Lorca: Moi fue un compañero fantástico en sus dos años de Diver. Uno de esos alumnos que siempre estaba para echarte una mano en todo momento, de los que te puedes apoyar en ellos ante cualquier pequeña dificultad. Por la mañana te recibía en clase como un amigo más, como un compañero con el que trabajas a diario codo con codo.
Y en el teatro, ¿qué? En su primer año de Diver interpretó a uno de los dos guardaespaldas de Joe "el enano" en "El tesoro escondido". En el segundo curso fue Furcas, el particular criado de Lucifer en “El sueño de Salvador”.
Y la verdad es que dejó a todo el mundo con la boca abierta, porque los que conocemos bien a Moi sabemos de lo que es capaz, pero los que no le conocían tanto no esperaban que tuviera una capacidad teatral tan grande.
Una vez terminó sus estudios en el cole, pudimos seguir contando con él realizando el papel de monaguillo del Padre Antonia en “La maldición de 1998”. Y allí cantó, bailó, hizo chistes, y todo ello con esa cara tan seria que solo Moi sabía poner, y que le hacía tan particularmente cómico.
Moi, amigo, ¡qué buenos años compartimos!... quizás los mejores, ¿no crees? Tú ya lo sabes, pero te lo repito una vez más: cuenta conmigo, ya sabes dónde me puedes encontrar.

Una frase de Furcas en “El sueño de Salvador”: “ Sí, claro, claro… Simón. Un nombre muy bonito, ese que te has puesto. Bueno, pues nada, hasta la próxima… Aunque te aseguro que nos volveremos a ver.”



Pablo Gómez: Pablo fue durante años “nuestro niño”. Cuando participó en su primera obra de teatro con el grupo de Diver, estaba en 4º de Primaria, y ya por entonces pudimos comprobar que era un niño muy especial. Bueno, para qué nos vamos a engañar: de niño tenía poco.
Por aquel tiempo (año 2007) estábamos preparando “La maldición de 1998” y buscábamos a un alumno de Primaria que pudiera interpretar con gracia y desparpajo el papel de Javi cuando era niño. Desde el primer momento vimos que habíamos acertado al 100% con Pablo. Él era exactamente el chaval que buscábamos.
A partir de ese año se convirtió en un fijo de nuestro grupo, participando en “La maldición de 1999”; en “La teoría de la relatividad de Peter Talavera”, interpretando a Donovan, el primer ser, mitad humano y mitad alienígena que vivía en la Luna; en la segunda versión de “El sueño de Salvador” fue Lucifer, y por último cerró sus éxitos con el papel de Manuel de la Calva, el “bajito” del Dúo Dinámico, en “La guerra fría de Otto Fischer”. ¡Menudo currículum!
Fueron cinco papeles geniales con los que Pablo se fue haciendo mayor. Empezó siendo un niño de diez años y se despidió del grupo convertido en un adulto, dejándonos cantidad de recuerdos imborrables que yo particularmente siempre llevaré conmigo.
Allá donde estés, Pablo, que sepas que me sigo acordando mucho de ti, y que te deseo toda la suerte del mundo en todo lo que emprendas. Y para vosotros, Jesús y Emma -sus padres-, mil gracias por haber colaborado tanto conmigo y con Pablo durante aquellos fantásticos años. Un abrazo fuerte.

Una frase de Donovan en “La teoría de la relatividad de Peter Talavera”: “¡Peter! Sabes demasiado. ¡Prepárate para morir!”

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